martes, 15 de septiembre de 2009

Sobre el error de un nombre


Anoche, participando en una lectura sobre la novela de Alberto Sierra Velásquez, Dos o tres inviernos, la memoria me confundió a Oliver Sacks con Isaac Joseph, mientras pedía una extensión mayor para una idea que me pareció interesante: la del “lector insomne”. Luego, mientras fumaba un cigarrillo camino al paradero, hurgué en el cerebro la lectura que les había dado a mis jóvenes estudiantes del semestre pasado y que tuvimos que tratar con pinzas y bisturí. Me parece interesante pensar que un texto proponga una especie de lector insomne tal vez motivado por el tedio que propone la novela no solo como tematización sino también como experiencia de lectura. Lo cierto es que me hundí en la lectura de la novela de este escritor cartagenero y cuando digo que “me hundí” no quiero que suene como texto promocional de las novelas actuales. El hundimiento hace referencia al sopor que la lectura me provocó alentado por un texto que se aísla a sí mismo en una cápsula que poco o nada puede sobreponerse al paso del tiempo o al dialogo con sus semejantes.

Bogotá, 2009

No hay comentarios:

Publicar un comentario