lunes, 22 de junio de 2009

Elogio a la enseñanza


Borges, Kavafis, Eliot, fueron autores que descubrí, en el pregrado de Estudios Literarios en la Universidad Nacional, de la mano de Harold Alvarado Tenorio. Cómo olvidar aquellas clases dictadas en compañía de sus perros o de sus constantes quejidos cuando la gripa lo asolaba. Su figura rotunda (ya una cuestión de la memoria) despegaba de dos pequeños tobillos inverosímiles y fantásticos para posarse sobre la inconsistencia de las sillas de madera y metal de los salones. Temor me inspiraba su vozarrón que no perdonaba rincón del salón de clase.

Luego, entre estanterías llenas de libros, piso de madera y una única mesa para todos, conocí de la profunda voz de María del Carmen Porrúa, en el Instituto ubicado en la 25 de Mayo, en Buenos Aires, poemas de Luis Cernuda y Antonio Machado, que se agregaron a la ya iniciada lista por Alvarado Tenorio.

El recuerdo asoma porque, entre las ya mencionadas "Lecturas Dominicales" que hacen parte de mis vacaciones, encontré un comentario titulado “Talento nuevo”, de Harold Alvarado Tenorio, que da cuenta de la producción literaria de “Ocho jóvenes escritores de la Universidad Nacional en publicaciones del Colombo-Americano de Bogotá.” El vínculo del comentario proviene de las fotografías de los autores. Repasando los rostros me encontré con el de Otto Gerardo Salazar, autor de un libro de crónicas del que Alvarado Tenorio apunta:

[…] los textos de Otto Gerardo Salazar, publicados en su mayoría en periódicos llaneros. Lejos del provincialismo que tanto afecta a los periodistas hoy, escriban en el centro o en la periferia. Salazar sabe hacer síntesis de sus asuntos y escribe con igual facilidad y agudeza sobre “El loro en los tiempos del cólera”, “San Agustín, patrimonio histórico” o “El psicoanálisis de la Cenicienta y la decepción de Carlitos”.

Conocí a Otto en el Instituto Caro y Cuervo y admiré su tensón para repasar ―cada viernes― la carretera que une Villavicencio con Bogotá para asistir a un seminario-taller sobre ensayo. También alegraba mis incursiones al laberinto del correo electrónico cuando encontraba sus pequeños mensajes. Lectora de sus notas ‘bloggerianas’ recibo con agrado lo que la anacronía ahora me presenta de la pluma de Harold Alvarado Tenorio.

Bogotá, 2009.

Recomendado: Alvarado Tenorio, Harold. “Talento nuevo”, en “Lecturas Dominicales”, El Tiempo (Bogotá) 27 de agosto de 1989: 14.





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