viernes, 12 de junio de 2009

Una barra de chocolate americano



El 27 de junio de 2005 se subastaron unos veinte dibujos de Picasso que tenían como protagonista a Geneviève Laporte, poeta y cineasta francesa, que conoció al pintor en 1944 con la tarea de una entrevista para la revista estudiantil del Liceo Fénelon:

Llegué ante un pequeño edificio en donde tres alas de escasa altura delimitaban un patio cerrado por una verja. No había portera. Nadie. Cogí una escalera, al azar, muy estrecha, de peldaños desiguales. En el primer piso oí voces que sonaban detrás de una puerta. Llamé. Una muchacha bonita y morena ―después supe que era Inès― me dijo, sonriendo, que subiera dos pisos más… Seguí subiendo, con el deseo de que no hubiera nadie. Pero, ¡ay! cuando ya pisaba los últimos peldaños de una escalera que parecía abrirse al cielo por una ventana, se abrió la puerta y oí cómo dos hombres se despedían en español. Uno de los dos pasó por mi lado y entonces me encontré ante el otro, cuando ya estaba a punto de cerrar la puerta. (Laporte, 94)

La jovencita presidente de la revista no conocía a Picasso por lo que confundió, en aquella primera ocasión, al pintor con el catalán poeta Sabartés, amigo de juventud de Picasso quien, ante la falta de poder para llevar a cabo su labor de poeta, consagró su talento como escritor a la escritura de prólogos y estudios sobre Picasso. Más tarde, Sabartés escribiría una novela sobre un dictador suramericano, titulada Su Excelencia, que Laporte traduciría al francés por requerimiento directo del propio Sabartés para Editeurs Fançais Réunis. La novela no tuvo mayor reconocimiento en Francia pero, años más tarde, Laporte se impresionaría ante la semejanza de El señor presidente, de Miguel Ángel Asturias, con dicha novela.

Esta mañana terminé El amor secreto de Picasso, de Geneviève Laporte, un libro de lectura amena que contiene los precedentes, antecedentes, desarrollo y fin de su historia como amantes durante el verano de 1951, en el estudio parisiense de la Rue des Grands Agustins y en Saint Tropez, en el momento en que el pintor finiquitaba su relación con Françoise Gilot, pintora que conoció en 1943 y que fue la madre de sus dos hijos, Claude y Paloma. Las incursiones de la estudiante del Liceo Fénelon al estudio de Pablo Picasso dejaron algo más que barras de chocolate americano y un osito decorado con lentejuelas que sostenía una bandera en una de sus patitas a la más tarde poeta y cineasta que consiguió insertarse en el círculo picassiano y sacar provecho de artistas como Jean Cocteau (quien ilustraría su libro de poemas, Sous le manteau de feu), Paul Elaurd y Jaques Prévert.

Laporte logra, con este libro, más que la confesión de su vínculo con Picasso, la visibilidad que tuvieron otras mujeres como Olga Khoklova, Marie Thérèse Walter, Dora Maar, Françoise Gilot, Jacqueline Roque.

Bogotá, 2009


Recomendado: Laporte, Geneviève. El amor secreto de Picasso. Prólogo y cronología de Josep Palau i Fabre. Versión española de Josep Elías Cornet. Barcelona: Editorial Euros, 1974, 238 p.

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